
Salud
Dormir
El sueño es un estado natural y periódico de descanso para la mente y el cuerpo, esencial para la salud física y mental. Durante el sueño, el cuerpo se cura y rejuvenece y el cerebro consolida recuerdos y procesa información. Una buena calidad del sueño es crucial para el bienestar general y para preservar la inmunidad.
¿Por qué es importante para las personas con DI/DD?
Para las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo, los problemas de sueño son frecuentes y pueden afectar significativamente a su salud física y emocional. Dormir mal puede agravar otros problemas de salud, afectar al estado de ánimo y al comportamiento y provocar dificultades en el funcionamiento diario. Entre los factores de riesgo habituales del sueño deficiente en las personas con discapacidad se incluyen el dolor, las dificultades de movilidad, los efectos secundarios de la medicación (por ejemplo, lasix, estimulantes, esteroides, determinados antidepresivos [especialmente ISRS]), la ansiedad o la depresión, las rutinas de sueño irregulares, las enfermedades coexistentes como la epilepsia o la parálisis cerebral, la actividad física limitada y factores ambientales como el ruido, la sensibilidad a la luz o el hecho de compartir el espacio para dormir con otras personas.
PREVENCIÓN
- Tratamiento del dolor: Las personas con discapacidad pueden experimentar el dolor de forma diferente y no ser capaces de comunicarlo con claridad. Controlar el dolor puede ayudar a mejorar los hábitos de sueño.
- Apnea del sueño: La apnea del sueño es un trastorno en el que la respiración se detiene y se inicia repetidamente durante el sueño. La apnea obstructiva del sueño, la forma más común, puede estar causada por afecciones como infecciones u obesidad, ambas más frecuentes en personas con discapacidad. En las personas con síndrome de Down, la apnea del sueño es especialmente frecuente debido a rasgos físicos como el bajo tono muscular de las vías respiratorias superiores, el estrechamiento de los conductos respiratorios y el agrandamiento de las amígdalas.
- Síntomas nocturnos de la apnea del sueño: Ronquidos fuertes, pausas en la respiración jadeante, sueño intranquilo, visitas frecuentes al baño.
- Síntomas diurnos de la apnea del sueño: Dolores de cabeza a primera hora de la mañana, fatiga diurna excesiva, falta de concentración, depresión o irritabilidad, somnolencia o comportamientos durante las actividades.
- Dormir con la luz encendida: La luz externa durante el sueño puede alterar el ritmo circadiano natural del cuerpo al indicar al cerebro que es hora de despertarse. Si una persona prefiere dormir con una luz encendida por comodidad o conveniencia, considere el uso de una lámpara de cabecera táctil o que responda al ruido para minimizar la exposición a la luz y favorecer los ciclos naturales del sueño.
- Asociaciones para dormir: Utilice la cama sólo para dormir. Realizar actividades como ver la televisión o jugar en la cama puede hacer que el cerebro asocie la cama con la actividad mental, lo que dificulta conciliar el sueño. Si no se siente somnoliento, se recomienda salir de la cama y realizar una actividad relajante.
- Evite la luz azul: Evita el uso de dispositivos electrónicos (televisión, teléfonos, tabletas, etc.) al menos una hora antes de acostarte, ya que la luz que emiten las pantallas puede alterar la capacidad del cuerpo de producir melatonina para conciliar el sueño.
- Factores emocionales/psicológicos: La ansiedad por el sueño puede conducir a un ciclo de sueño deficiente. Para romper este ciclo, se recomienda levantarse de la cama y realizar una actividad tranquila y calmante hasta que se sienta cansado. Entre las actividades que favorecen la relajación se incluyen la respiración profunda, la relajación muscular progresiva, el yoga, escribir un diario o leer.
Conviene saber
- Signos/síntomas comunes de dormir mal: irritabilidad, dificultad para concentrarse, somnolencia diurna excesiva, cambios de humor, aumento de los problemas de comportamiento, fatiga, bostezos frecuentes, ojeras, inquietud, dificultad para conciliar el sueño o para permanecer dormido y dificultad para despertarse por la mañana.
- Higiene del sueño: Establecer una rutina constante a la hora de acostarse puede ayudar a indicar al cuerpo que es hora de dormir. Esto puede incluir actividades como cepillarse los dientes, atenuar las luces y realizar una actividad relajante.
- Consulta con un profesional sanitario: Si los problemas de sueño persisten, es esencial consultar con un profesional sanitario para una evaluación más exhaustiva, especialmente en caso de sospecha de apnea del sueño o insomnio crónico.
- Identificar el dolor en individuos no verbales: Escala de dolor FLACC, Escala de dolor no verbal (NVPS) y Escala de rostros de Wong-Baker.